¿Y ahora qué?
En las últimas semanas hemos estado 100 % enfocados, para que usted recibiera la mayor promesa que Él nos dejó: el Espíritu Santo.
En las últimas semanas hemos estado 100 % enfocados, para que usted recibiera la mayor promesa que Él nos dejó: el Espíritu Santo.
La promesa más importante es recibir al Espíritu Santo, ¡esa es la promesa de las promesas!
Dios quiere habitar en nosotros para que seamos Su templo, ¡que propuesta maravillosa!
Hoy estuve con los seminaristas de toda la Argentina, y cada uno de ellos escuchó la palabra que Dios le había preparado.
Cuando uno va al Altar del Dios Vivo, la Fe revelada por Él demanda una actitud de demostrar que uno depende de Dios, sacrificando lo que tiene.
Debemos poner nuestra mirada exclusivamente en el Autor y Consumador de nuestra fe, y ese es Jesús.
Todos los que se entregan a Dios con sinceridad reciben al Espíritu Santo, y Él los capacita para que Lo sirvan.