12 de agosto
Cuando recibimos al Espíritu Santo todo se transforma, de adentro hacia afuera.
No hay nadie que se haya humillado delante de Dios y que haya seguido de la misma manera.
El que vive en la Verdad no tiene nada de qué avergonzarse…
Cuando estás a solas, revelás tu verdadero nivel espiritual según lo que alimentás en tu interior.