8 de octubre
Todo pasa, menos la Palabra y nuestra alma
El Abrigo del Altísimo es donde renovamos nuestras fuerzas, como un hijo que llega para descansar en la casa de sus padres.
Para ser discípulos de Dios, primero necesitamos ser disciplinado en todo lo que hacemos.
Dios nos dio libre albedrío a la hora de tomar decisiones, solo que cada acto tiene sus consecuencias.