Solo el Sueño de Dios nos realiza en esta vida y por toda la Eternidad.
A veces nos cansamos físicamente, pero nunca podemos cansarnos espiritualmente.
Los sueños de Dios siempre serán mas grandes que los nuestros.
No te olvides: vas a rendir cuentas de cada palabra que salga de tu boca.
Cuanto más nos Santificamos, menos nos preocupamos por las cosas de este mundo.
A menudo somos olvidados por los demás, ¡pero nunca por Dios!
El que tiene comunión con Dios nunca está solo.
Cuando la Sangre de Jesús nos lava, somos libres de toda acusación y tenemos paz.
La oración eficaz carga dentro de sí gratitud anticipada por la respuesta.
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