15 de noviembre
El siervo de Dios no ve como el hombre ve, no ve el exterior, él ve las almas.
El verdadero cristiano no es emotivo, no está hecho de azúcar, que se derrite con cualquier lluvia, sino que es fuerte, racional y disciplinado.
Las profecías del regreso del Señor Jesús se están cumpliendo. ¿Qué espera para entregarse a Él?
Los límites son para nuestra protección, realización y, lo más importante, nuestra salvación.