¿Ya pensó en esto?

Cuando el Señor Jesús les ordenó a Sus discípulos y seguidores que permanecieran en Jerusalén hasta que de lo Alto fueran revestidos con el poder del Espíritu Santo, ellos sumaban más de 500 personas reunidas (como se describe en 1 Corintios 15:6), sin embargo, solo 120 fueron selladas y bautizadas en el Espíritu Santo, ¿por qué?

Porque el Espíritu Santo es el Espíritu de Obediencia, y solo los obedientes Lo reciben.

Los 120 obedecieron al Señor Jesús y fueron llenos del Espíritu Santo, a diferencia de los 380, quienes, aun escuchando, viendo y sabiendo qué hacer, instruidos por el Señor Jesús, decidieron creer que sabían más que Él y no Lo obedecieron; por eso, no fueron sellados como propiedad exclusiva del Dios Vivo.

“Y reuniéndolos, les mandó que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran la Promesa del Padre: La cual, les dijo, oísteis de Mí…”. Hechos 1:4

Muchas personas, dentro de la iglesia, se hacen esta misma pregunta: “¿Por qué algunos reciben el Espíritu Santo y otros no Lo reciben?”.

Y la respuesta también es la misma: es por la obediencia.

Queda claro y simple de enseñarles a todas las personas, a las que vienen por primera vez y a las que ya participan hace mucho es que, lo que nos diferencia no es saber, escuchar o conocer, sino OBEDECER LO QUE YA SABEMOS.

Dios es fiel en Sus Promesas, y Él les prometió al Consolador, al Espíritu Santo a todos los que creen y obedecen Su Palabra.

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Obispo Júlio Freitas
¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes!