Siempre estaremos delante de malos y buenos ejemplos, pero está en cada uno seguir lo malo o lo bueno, la mentira o la verdad, la injusticia o la justicia, el rencor o el perdón, la paz o la violencia, la soberbia o la humildad, la gratitud o la ingratitud.

En otras palabras, tenemos el libre albedrío para imitar lo malo o lo bueno, la decisión es nuestra.

Si vemos un mal ejemplo, no debemos imitarlo, eso es puesto delante de nuestros ojos para que podamos desviarnos y ayudar a quienes se encuentran en esa situación a practicar lo bueno.

Además, cuando hacemos lo que es bueno el Espíritu Santo testifica que somos de Dios. Y el que hace lo que es bueno, no solo conoce Su voluntad, sino que la practica. En cambio, el que no es nacido de Dios se deja dominar por las emociones y por los impulsos de su carne.

Todos estamos conectados como un cuerpo y damos testimonio unos de los otros.

Un ejemplo de buen testimonio que figura en la Biblia es Gayo, que daba testimonio de la verdad, de la Palabra de Dios, que lo había alcanzado y que él empezó a practicar y a enseñar:

«Pues me alegré mucho cuando algunos hermanos vinieron y dieron testimonio de tu verdad, esto es, de cómo andas en la verdad. No tengo mayor gozo que este: oír que mis hijos andan en la verdad», 3 Juan 3-4.

El mayor gozo de un siervo es que las personas que un día él ayudó hoy vivan lo que él también vive, la fe inteligente.

Por otro lado, Diótrefes, a pesar de ser considerado un oficial de la iglesia primitiva, de conocer la verdad, daba un mal ejemplo, cuando estaba delante de lo bueno y de lo malo, elegía lo malo, quería ser reconocido, no quería servir, sino ser servido:

«Escribí algo a la iglesia, pero Diótrefes, a quien le gusta ser el primero entre ellos, no acepta lo que decimos. Por esta razón, si voy, llamaré la atención a las obras que hace, acusándonos injustamente con palabras maliciosas; y no satisfecho con esto, él mismo no recibe a los hermanos, se lo prohíbe a los que quieren hacerlo y los expulsa de la iglesia», 3 Juan 9-10.

Y las Sagradas Escrituras relatan que Demetrio, al igual que Gayo, dio buen testimonio. No solo las personas que lo rodeaban, sino la misma palabra de Dios lo testificó, porque vivía lo que estaba escrito, amaba a su prójimo como a sí mismo:

«Demetrio tiene buen testimonio de parte de todos y de parte de la verdad misma; también nosotros damos testimonio y tú sabes que nuestro testimonio es verdadero», 3 Juan 12.

Por lo tanto, demos testimonio e imitemos lo bueno, no lo malo: «Amado, no imites lo malo sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; el que hace lo malo no ha visto a Dios», 3 Juan 11

De esta manera, nos mantendremos salvos, seremos salvos y permitiremos que otros también lo sean.

Ahora, observe los errores que más hacen caer a los siervos.   

Las 3 características de un obrero desaprobado:

• Acomodación: Debido a los años que está en la obra, se acomoda. Ya no ora, no trabaja en las reuniones, no evangeliza, no atiende al pueblo, no medita en la Palabra, es decir, no mantiene una comunión constante con Dios.
• Enfriamiento: Perdió el primer amor, el fervor, el amor, la dedicación, la alegría de Dios ya no es su fuerza y sus palabras no coinciden con sus actitudes.
• Desobediencia: No practica la Palabra de Dios, decide hacer lo que está mal ante el Altísimo. Les da importancia a las palabras que contrarían las Sagradas Escrituras, provenientes de familiares, políticos, especialistas, de la sociedad en general.

Las 3 características de un colaborador desaprobado:

• Orgullo: No es humilde, se cree superior a otros o en una posición superior a los demás. No sabe escuchar las orientaciones de sus superiores.

• Se relaciona por cuenta propia con alguien que no está en su mismo nivel espiritual: No espera en Dios a la persona que Él pondrá en su camino en el momento oportuno, se deja influenciar por su corazón, que es engañador.

• No se enfoca en las almas: No se preocupa por evangelizar a los que están perdidos en el mundo. No renuncia a su «yo», el cansancio, para ir en búsqueda de las ovejas perdidas, así como Jesús ordenó. Cumplir esta orden también implica que ese siervo esté en espíritu y le hace recordar el estado en el que llegó a la iglesia.

Las 3 características de un integrante del CPO desaprobado:

• Pecado: Pecó, pero no confesó su error y volvió a cometerlo, porque no se arrepintió verdaderamente.

• Mentira: Vive en la mentira y oculta informaciones. No es transparente ni sincero.

• Falta de nuevo nacimiento: Pudo haber tenido experiencias con Dios, pero no nació de nuevo, porque lo que hacía mal en el pasado le sigue atrayendo.

Obispo Júlio Freitas
¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes!

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