Hay malos ejemplos en cualquier lugar, incluso dentro de la obra de Dios, ya que esta está compuesta por hombres tentados a equivocarse.
¿Cuál debe ser nuestro objetivo?
Hacer la obra de Dios, pero, en primer lugar, ser la obra del propio Dios. Dé siempre el ejemplo de siervo del Altísimo, un buen ejemplo para no contaminarse con malos ojos, malos pensamientos o malicia.
Todas las personas que quieren destacarse, en realidad, desaparecerán, porque el dueño de la obra es el único que debe destacarse por encima de todo. Destacarse es inevitable, la diferencia está entre los que nutren dentro de sí el deseo de querer hacerlo. El siervo siempre debe hacer todo para que el nombre del Señor Jesús sea glorificado.
Tenga cuidado con las influencias negativas, con los que tienen pensamientos carnales y actitudes impropias, porque son un mal ejemplo y pueden poner en riesgo su fe.
Vea buenos ejemplos. Si usted está siendo tentado a mirar los malos ejemplos es porque el diablo quiere darle un mal ejemplo.
De aquí en adelante, todo será diferente.
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