11 de agosto
Quien vive en La Verdad no tiene de qué avergonzarse.
No hay nadie que se haya humillado delante de Dios y que haya seguido de la misma manera.
Cuando estás a solas, revelás tu verdadero nivel espiritual según lo que alimentás en tu interior.
El que recibe al Espíritu Santo pasa por un proceso de transformación. Después de todo, nadie cambia de un día para el otro.