Los sufrimientos y las recompensas de la vida cristiana
Este pasaje me reveló algo cuando lo leí por primera vez, y quiero compartirlo con usted…
Este pasaje me reveló algo cuando lo leí por primera vez, y quiero compartirlo con usted…
Cuando un hijo nos desobedece y nos lastima y nos enoja, ¿dejamos de creer, lo evitamos, lo juzgamos? No, lo perdonamos y seguimos adelante. Así es Dios.
La oración del Padre Nuestro nos trae responsabilidades para quienes elegimos realizarla.
La condición para ser perdonados por Dios es perdonar a los hombres. Cuando lo hacemos, Él nos perdona.
Antiguamente, era común para los soldados caminar largos trechos a pie o acampar en lugares remotos y peligrosos.
Jacob tenía fe y esperanza, pero le faltaba un tercer elemento: fidelidad.
No hagamos las cosas buscando ser valorados, reconocidos, o que los demás nos agradezcan, sino que TODO lo que hagamos sea como para el Señor.
Jesús dejó claro que tenemos muchas necesidades diarias: cuidarnos a nosotros mismos, cuidar a la familia, cuidar el trabajo, la casa, y tantas otras cosas. Pero, ¿cuál sería la principal?
Estaba meditando en la enseñanza que el Espíritu Santo nos dio a través del Obispo Macedo estos días, para defendernos de las tentaciones del diablo.