Una Revelación del Espíritu Santo
El Espíritu Santo nos Revela 7 cosas que podemos hacer para vencer nuestra propia voluntad.
“Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Limpiad vuestras manos, pecadores; y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, lamentad y llorad; que vuestra risa se torne en llanto y vuestro gozo en tristeza. Humillaos en la Presencia del Señor y Él os exaltará”. Santiago 4:7-10
1. Someteos a Dios
- Solo quienes ceden su propia voluntad pueden someterse a la Voluntad de Dios.
- La obediencia comienza con la renuncia personal.
2. Resistid al diablo
- Cuando seguimos nuestra voluntad, damos lugar a los demonios.
- Cuando resistimos nuestra voluntad, los demonios huyen.
3. Acercaos a Dios
- El primer paso lo damos nosotros, no Dios.
- Cuando Él ve nuestro esfuerzo extremo, Se acerca a nosotros.
4. Limpiad vuestras manos
- Representa nuestras obras, actitudes, esfuerzos y acciones.
- Es reconocer nuestras imperfecciones y buscar la pureza en lo que hacemos.
5. Purificad vuestros corazones
- Los de doble ánimo son engañados por su propio corazón:
- Dicen que harán algo y no lo hacen.
- Empiezan algo y no lo terminan.
- Declaran una cosa y hacen lo contrario.
- Necesitan ser purificados porque están sucios por hacer sus propias voluntades.
6. Afligíos, lamentad y llorad
- No por los problemas, sino por haber hecho nuestra voluntad en lugar de la de Dios.
- Llorar significa derramar el alma delante de Dios, en Su Altar.
7. Humillaos en la presencia del Señor
- Jesús, siendo perfecto, Se humilló a Sí mismo.
- Nosotros, siendo imperfectos, debemos humillarnos aún más.
- Así como el Padre exaltó a Jesús, también exaltará a quienes se humillan en Su Presencia.
Observá que cada alerta de Santiago 4:7-9 es un paso para vencer nuestra voluntad y vivir en la Voluntad de Dios. El camino es claro: someterse, resistir, acercarse, limpiar, purificar, lamentar y humillarse.
Viviane y yo nos estamos preparando para llevar las peticiones de todos los Países hispanohablantes de Sudamérica al Jardín del Getsemaní, donde el Señor Jesús Oró, Lloró, Clamó y Suplicó por nosotros, para que la Voluntad del Padre prevaleciera en nuestras vidas y fuéramos Transformados en Hijos de Dios, Felices, Fuertes y Salvos.
¡Nos vemos en breve, en la IURD o en las Nubes!
Obispo Julio Freitas



