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¿Todavía te acordás de dónde Dios te sacó?

17 de julio 2025

¿Todavía te acordás de dónde Dios te sacó?

En medio de tantos traumas, enfermedades, miserias, violencias, vicios, tristezas, crisis existenciales y tormentos espirituales… un día vos y yo fuimos rescatados del infierno por la misericordia de Dios. Y, entre miles de millones de personas, Él nos encontró, incluso cuando llorábamos a escondidas, y nos llamó a Su maravillosa Luz, dándonos la Salvación.

“Al Señor esperé pacientemente, y Él Se inclinó a mí y oyó mi clamor. Me sacó del hoyo de la destrucción, del lodo cenagoso; asentó mis pies sobre una Roca y afirmó mis pasos”. Salmos 40:1-2

Sin embargo, a lo largo de los años, lamentablemente, hemos visto a muchos olvidarse de la vida que llevaban antes de conocer a Dios. Y claro, no digo que tengas que acordarte con orgullo o nostalgia, sino con arrepentimiento, a fin de que nunca más volvamos atrás, así como la Palabra de Dios nos orienta:

“Y acuérdate que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí con Mano Fuerte…”. Deuteronomio 5:15

A pesar de eso, muchas personas se están dejando llevar por el entorno en el que viven, por las amistades y situaciones cotidianas, por los absurdos que esta sociedad considera como normal, y así minimizan los dolores de su pasado tortuoso y lo que Dios hizo en sus vidas.

En este mundo lleno de “novedades” e inmoralidades de todo tipo, los cristianos corren un gran riesgo: conformarse con todo y normalizar las obras malignas, cuyo principal propósito es distorsionar la Verdad y apartar a las personas cada día más del Creador.

Por eso, el apóstol Pablo, guiado por el Espíritu Santo, nos alertó:

“Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la Voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto”. Romanos 12:2

Nunca me olvido del infierno del que Dios me libró, tanto de la condenación espiritual como del infierno que vivía acá, en la carne, antes de conocer a Cristo.

Ciertamente, solo el que tuvo un verdadero encuentro con Dios sabe que la vida sin Él no tiene sentido, y nada en este mundo lo atrae. Esto no quiere decir que el diablo y todos sus demonios, que un día vivieron en nuestro cuerpo y en nuestra mente, van a desistir y dejar de tentarnos, sino que diariamente, con diferentes estrategias, intentarán de todo para hacernos volver al lodo del pecado.

Espero que este mensaje sirva de alerta para que recuerdes y seas agradecido con Dios, Quien pagó un alto precio por nuestro rescate. Revé tus comportamientos, lugares y actuales amigos, para que, en ningún momento, se asemejen a tu antigua vida. 

Que vos y yo sigamos de fe en fe, sin ningún vínculo o relación con las cosas de este mundo, sino como extranjeros, con el equipaje preparado para nuestra Nueva Morada, cuando Dios nos llame. Mientras tanto, seamos testigos vivos del Señor Jesús, para que muchas almas sean ganadas para el Reino de los Cielos.

¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes!

Obispo Julio Freitas