Perdóname, Señor Jesús
La segunda declaración poderosa que no debemos dejar de hacer todas las noches es: “Perdóname, Señor Jesús”.
El domingo enseñamos sobre la primera de las tres Declaraciones más Poderosas para atraer la atención de Dios y Sus ángeles. La segunda es breve y simple, pero tiene un poder liberador: “Perdóname, Señor Jesús”. Tres palabras que, pronunciadas con sinceridad, humildad y arrepentimiento, pueden cambiar las últimas noches y días del año, y marcar un antes y un después en tu vida.
¿Por qué estas palabras son tan liberadoras?
- Liberan la conciencia: El peso de la culpa se disuelve y el alma respira.
- Restauran la relación con Dios: No es un castigo lo que busca Dios, sino la restauración de Su Presencia en tu vida.
- Son un regalo accesible: El Perdón costó la Sangre del Señor Jesús, pero se recibe gratuitamente cuando lo pedimos con un corazón arrepentido.
- Renuevan el descanso: Dormir con la conciencia liviana y con el corazón limpio transforma la noche: la almohada se convierte en Regazo Divino; la habitación, en santuario; y hay paz en tu descanso.
Todos fallamos en actitudes, palabras, pensamientos o deseos. Dios ya conocía nuestras caídas y aun así nos dio la oportunidad del arrepentimiento y de ser Perdonados.
El Perdón no es borrado para que olvides la lección; Dios lo borra para que no vivas encadenado a la acusación. Cuando Dios Perdona, arroja el pecado al fondo del mar del olvido.
Pedir perdón es volver a la Presencia de Dios y afirmar que no querés imponerLe tu voluntad, sino agradar al Espíritu Santo con tu vida.
¿Cómo practicarlo hoy?
- Ahora, acá, delante de Su Altar y antes de dormir, cerrá los ojos y decí con sinceridad: “Señor Jesús, perdóname por lo que hice, por lo que dejé de hacer y por lo que solo Tú sabes”.
- Hacelo sin dar excusas, sin justificarte, con humildad. Permití que el arrepentimiento sea real y que el Perdón Divino obre en vos.
- Repetí esta acción hasta que el peso se vaya y la paz se convierta en tu descanso habitual.
“Si confesamos nuestros pecados, Él Es Fiel y Justo para Perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad”. 1 Juan 1:9
Cuando decís: “Perdóname, Señor Jesús”, con sinceridad, el Cielo se abre, la culpa se va y la paz entra.
Te invito a orar conmigo:
“Señor Jesús, Te pido perdón por mis faltas visibles y ocultas. Límpiame, restaura mi paz interior, mi corazón y dame descanso espiritual, emocional y físico, pues quiero cuidar y valorar lo más Importante que me has confiado, Tu Salvación. Gracias por Tu Perdón y Salvación, que renueva. Amén”.
No dejes para mañana la carga que Dios Quiere quitarte hoy. Decí con fe: “Jesús me Perdonó”, y descansá, porque Él te escuchó y Perdonó.
Dios es con vos y yo también.
¡Fuerza!
Obispo Julio Freitas



