¿Nos hemos sentado en mesas que Jesús volcaría?
En Mateo 21:12 observamos que el Señor Jesús no toleró las mesas de los cambistas porque negociaban lo sagrado dentro del templo.
Del mismo modo, tu matrimonio y tu familia son sagrados para Dios.
Sin embargo, hay quienes han permitido una mesa de apariencias: chismes disfrazados de “comentarios sin maldad” y falta de empatía vestida de “educación”. Hablan de amor, pero toleran el egoísmo, las adicciones, las traiciones y los maltratos verbales o físicos.
Ante este escenario, te pregunto: ¿Es posible quedarse cómodo con aquello que contamina la mente y el corazón?
“Y entró Jesús en el templo y echó fuera a todos los que compraban y vendían en el templo, y volcó las mesas de los cambistas y los asientos de los que vendían las palomas. Y les dijo: Escrito está: ‘MI CASA SERÁ LLAMADA CASA DE ORACIÓN’, pero vosotros la estáis haciendo CUEVA DE LADRONES”. Mateo 21:12-13
Jesús miró a Su alrededor y volcó todo lo que deshonraba a Su Padre, Su Nombre y a la familia de Dios.
Por eso, cuando lo “seguro” se cae en tu vida, no siempre es obra de espíritus malignos, malas personas o problemas sociales. Puede ser que el propio Señor Jesús te esté mostrando que tu carácter, tu matrimonio y tu familia necesitan una mesa limpia, desocupada de cosas vanas, religiosidad, materialismos y apariencias.
Una vez que tu templo interior (mente y corazón) sea limpio, podrás reflejar Su Presencia en tu vida, en tu matrimonio y en tu familia.
Por eso, no aceptes compartir la mesa con la falsedad, la inmoralidad, la violencia, las adicciones ni la soberbia.
Jesucristo es el Pan que sacia el hambre de tu alma y de tu corazón.
Dejá que Jesús vuelque de tu mesa:
- El orgullo.
- Las excusas.
- El egoísmo.
- Tus miedos.
- Las conversaciones, los contenidos y las amistades que no edifican.
Si Él sacude, no es para desecharte ni para condenarte, sino para purificarte y volver a habitar en vos.
No te asustes si algo se volcó o se rompió: Dios limpia las mesas para sacar lo malo, lo sucio, lo que sobra, y para llenar la casa (tu mente, alma y cuerpo) con Su Presencia.
¿Querés ver a tu familia bendecida aún este año 2025?
¿Te gustaría ver a tu cónyuge, a tus hijos y a tus padres bendecidos, salvos y realizados?
Entonces cambiá tu forma de considerar lo sagrado.
A partir de este nuevo trato, todos en tu familia serán aún más felices. ¡Que así sea!
¡Nos vemos en breve, en la IURD o en las Nubes!
Obispo Julio Freitas



