La tensión que muchos enfrentan
La tensión que muchos enfrentan es querer los beneficios espirituales sin entregar el corazón, es decir, el alma al 100 %.
Tomemos el ejemplo de Judas
– Realidad: Judas estuvo junto a Jesús, conoció la Verdad, fue testigo de manifestaciones sobrenaturales, pero no entregó su corazón por completo.
– Lección: La cercanía externa no sustituye la entrega interna. No basta con participar de las reuniones y los Eventos de la Iglesia, es necesaria la rendición del yo.
– Decisión: Entregar la mente, el corazón y la vida es una decisión diaria, no un evento único.
Los obstáculos que impiden que la entrega sea total
– Orgullo y autosuficiencia: Pensar que podés resolver todo por vos mismo, creer a tu manera.
– Miedo al cambio: Perder la comodidad, el estatus o el control.
– Resistencia a la corrección: Defenderse en vez de aprender.
– Religiosidad sin transformación: Hacer lo externo sin cuidar el alma, sin velar por la Salvación.
– Heridas no sanadas: Resentimientos que bloquean la fe por la falta de obediencia.
¿Qué tengo que hacer para rendir mi corazón?
6 pasos prácticos
- Examen sincero: Anotá tres actitudes que repetís y que te alejan de Dios.
- Confesión y arrepentimiento: Decí en voz alta en qué reconocés que estás fallando y pediLe perdón a Dios.
- Entrega diaria: Meditá en un Versículo concreto cada mañana y orá diciendo: “Señor, hoy Te entrego mi voluntad”.
- Acción concreta: Identificá una conducta a cambiar esta semana y da el primer paso.
- Responsabilidad: Buscá una Esposa, un Pastor o una Obrera para que hagan una dupla espiritual que te acompañe y te pregunte por tu avance.
- Disciplina espiritual: Lectura Bíblica, oración, ayuno y servicio como prácticas que renuevan tus objetivos de hacer la Voluntad de Dios y servir con tu mejor.
Aplicación en el matrimonio y la familia
– Transparencia: Hablen con honestidad sobre resistencias y deseos de cambio.
– Compromisos pequeños: Un pacto semanal de tiempo sin actividades de la
Iglesia para cultivar fraternidad.
– Ayuda profesional: Si hay heridas profundas, consideren consejería Pastoral de la Terapia del Amor o un profesional.
– Ejemplo práctico: Servir juntos en una actividad de la iglesia para salir de la teoría (religiosidad) y poner en práctica, sirviendo al prójimo.
Para mantener la transformación
– Rutinas espirituales: Mantené hábitos que alimenten la entrega (oración, lectura, ayuno y Búsqueda del Espíritu Santo).
– Comunión nacional e intencional: Participá de eventos y videoconferencias que exijan y apoyen la obediencia.
– Revisión periódica: Cada mes evaluá un área de tu vida: corazón, matrimonio, ministerio y economía.
– Celebrá los avances: Reconocé y agradecé los cambios, por más pequeños que sean. Nada incomoda más al mal que abramos la boca para Glorificar a Dios, en lugar de murmurar.
Te invito a orar conmigo para empezar a actuar
“Señor Jesús, me has hablado a través de Tu Palabra en este blog y me presento ahora, decido entregar mi mente —pensamientos e ideas—, mi corazón —sentimientos, conjeturas— y mi cuerpo —vida 100 %, vigor y disposición— para servirTe. Pero, para eso, he aprendido que necesito que me enseñes a combatir y quitar de mí las excusas, el orgullo, el miedo, la resistencia y la comodidad. Llena mi mente, mi alma y mi cuerpo de Tu Espíritu Santo para que mis decisiones, reacciones y prioridades reflejen Tu Voluntad. Amén”.
No dejes de participar de la Vigilia de Año Nuevo junto a tu Familia en la Casa de Dios. Viviane y yo estaremos en la Sede Nacional de la Universal en Buenos Aires, Argentina.
¡Fuerza!
¡Nos vemos en breve, en la IURD o en las Nubes!
Obispo Julio Freitas



