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Cuando todo parece perdido es cuando más se puede ganar

14 de noviembre 2025

Cuando todo parece perdido es cuando más se puede ganar

En los momentos de mayor escasez —desempleo, falta de clientes, deudas, humillación, puertas cerradas— muchos se paralizan o se rinden. Pero quienes deciden honrar a Dios en primer lugar, incluso en medio de la necesidad, abren puertas a lo sobrenatural que transforma su historia. En la Universal en Sudamérica, miles de testimonios reales confirman esta verdad: personas que, en su peor momento, decidieron ser diezmistas y vieron cómo Dios cambió su realidad por completo.

Por eso, obedecer en la escasez activa la Provisión Divina:

Y ahora, Israel, ¿qué requiere de ti el Señor tu Dios, sino que temas al Señor tu Dios, que andes en todos Sus Caminos, que Le ames y que sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma…”. Deuteronomio 10:12

Dios no pide lo que no podemos hacer, ser o dar. Él pide fe, fidelidad y confianza, aun cuando todo parece faltar. Es precisamente ante este acto de fidelidad que Él responde:

“El alma generosa será prosperada, y el que riega será también regado. Proverbios 11:25

Así, vemos que:

  • La adversidad es oportunidad.
  • La flor más hermosa florece en el terreno más difícil.
  • El fuego prueba el oro, y la miseria prueba al valiente.

Por eso, la dificultad no es el final, sino el escenario donde la persona puede decidir ser fiel a Dios y, de esa manera, ver la Manifestación de Su Poder.

¿Por qué el Diezmo en este momento?

Porque el Diezmo no es solo una entrega económica, sino una señal y una declaración de fidelidad, confianza y gratitud. Es decir a Dios: “Tú eres mi fuente, no mi trabajo ni mi capacidad; no mis clientes ni los contratos que cierro; no mi diploma ni mis conocimientos”. Cuando alguien actúa así, incluso en la escasez, Dios responde con honra: 

“… porque Yo honraré a los que Me honran…”, 1 Samuel 2:30.

Conclusión

– No esperes a tener para obedecer: obedecé y verás cómo Dios te da.

– Hacé del Diezmo tu punto de partida: presentá tus primicias como un acto de fe, no como una obligación.

– Recordá los testimonios: si otros pudieron, vos también podés.

El peor momento de tu vida puede ser el mejor, si decidís usarlo como el punto de partida para honrar a Dios. El acto de fidelidad, devolviendo a Dios las Primicias en la escasez, es lo que transforma tu historia. Como miles de personas en la Universal, vos también podrás decir: “Mi peor momento fue el principio del mejor capítulo de mi vida”.

📯¡Nos vemos en breve, en la IURD o en las Nubes❗️
Obispo Julio Freitas