Cuando todo parece perdido es cuando más se puede ganar
En los momentos de mayor escasez —desempleo, falta de clientes, deudas, humillación, puertas cerradas— muchos se paralizan o se rinden. Pero quienes deciden honrar a Dios en primer lugar, incluso en medio de la necesidad, abren puertas a lo sobrenatural que transforma su historia. En la Universal en Sudamérica, miles de testimonios reales confirman esta verdad: personas que, en su peor momento, decidieron ser diezmistas y vieron cómo Dios cambió su realidad por completo.
Por eso, obedecer en la escasez activa la Provisión Divina:
“Y ahora, Israel, ¿qué requiere de ti el Señor tu Dios, sino que temas al Señor tu Dios, que andes en todos Sus Caminos, que Le ames y que sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma…”. Deuteronomio 10:12
Dios no pide lo que no podemos hacer, ser o dar. Él pide fe, fidelidad y confianza, aun cuando todo parece faltar. Es precisamente ante este acto de fidelidad que Él responde:
“El alma generosa será prosperada, y el que riega será también regado”. Proverbios 11:25
Así, vemos que:
- La adversidad es oportunidad.
- La flor más hermosa florece en el terreno más difícil.
- El fuego prueba el oro, y la miseria prueba al valiente.
Por eso, la dificultad no es el final, sino el escenario donde la persona puede decidir ser fiel a Dios y, de esa manera, ver la Manifestación de Su Poder.
¿Por qué el Diezmo en este momento?
Porque el Diezmo no es solo una entrega económica, sino una señal y una declaración de fidelidad, confianza y gratitud. Es decir a Dios: “Tú eres mi fuente, no mi trabajo ni mi capacidad; no mis clientes ni los contratos que cierro; no mi diploma ni mis conocimientos”. Cuando alguien actúa así, incluso en la escasez, Dios responde con honra:
“… porque Yo honraré a los que Me honran…”, 1 Samuel 2:30.
Conclusión
– No esperes a tener para obedecer: obedecé y verás cómo Dios te da.
– Hacé del Diezmo tu punto de partida: presentá tus primicias como un acto de fe, no como una obligación.
– Recordá los testimonios: si otros pudieron, vos también podés.
El peor momento de tu vida puede ser el mejor, si decidís usarlo como el punto de partida para honrar a Dios. El acto de fidelidad, devolviendo a Dios las Primicias en la escasez, es lo que transforma tu historia. Como miles de personas en la Universal, vos también podrás decir: “Mi peor momento fue el principio del mejor capítulo de mi vida”.
¡Nos vemos en breve, en la IURD o en las Nubes❗️
Obispo Julio Freitas



