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Lo que no se debe hacer para prosperar – Parte 5

24 de diciembre 2025

Lo que no se debe hacer para prosperar – Parte 5

Continuación de la meditación del Capítulo 37 del libro de Salmos. Hoy vamos a meditar desde el versículo 21 hasta el 29, para saber lo que debemos hacer para prosperar.

“El impío pide prestado y no paga, mas el justo es compasivo y da”. Salmos 37:21

  • El impío calcula cada acción buscando sus propios intereses y buscando sacar provecho incluso de la bondad de los demás, pidiendo prestado y no pagando, literalmente, abusando de la benevolencia del que lo ayudó. Lo hace así porque no teme a Dios y, por eso, no respeta el bien ajeno de su prójimo.
  • En cambio, el justo, que honra a Dios, no toca las Primicias, tampoco toca lo ajeno y no se aprovecha del infortunio del prójimo, al contrario, además de prestar, tiene prosperidad y buen corazón, y no solo presta, sino que da. ¿Qué diferencia absurda verdad?

“Porque los que son Bendecidos por el SEÑOR poseerán la tierra, pero los maldecidos por Él serán exterminados”. Salmos 37:22

  • Los justos actúan así porque no están aferrados a la creación, a las riquezas, a las cosas materiales, sino que están aferrados a Dios, el Creador, por eso, Dios les concede la Bendición de poseer la tierra, dominar el dinero y no ser dominado por este. Pero los impíos se consideran autosuficientes, son maldecidos porque rechazan al Creador como Padre y Señor de sus vidas. Por esta razón se aferran a las cosas y por estas engañan y son engañados, dominados.

“Por el SEÑOR son ordenados los pasos del hombre, y el SEÑOR Se deleita en su camino”. Salmos 37:23

  • Dios, como Padre, Quiere ordenar los pasos, es decir, Guiar los pasos de Sus hijos para evitar que tropiecen y caigan. Y Él Se deleita en el camino de los que permiten que Él sea su Guía. Dios no tiene placer en nuestros tropiezos, caídas, mucho menos en que permanezcamos derribados.

“Cuando caiga, no quedará derribado, porque el SEÑOR sostiene su mano”. Salmos 37:24

  • Por nuestra humanidad tropezamos y hasta podemos caer, pero no quedaremos derribados, porque estamos agarrados de Su Mano. Como no estamos aferrados a personas ni a cosas, Él nos Sostendrá.
  • El término derribado se refiere al desánimo interno, como la tristeza, el miedo, el conformismo, las dudas y la indiferencia a su estado espiritual.
  • Los que se dejan guiar por Dios serán levantados y sostenidos por Su Mano.

“Yo fui joven, y ya soy viejo, y no he visto al justo desamparado, ni a su descendencia mendigando pan”. Salmos 37:25

  • El justo pasa por innumerables luchas, tentaciones, persecuciones, dificultades, pero no murmura, no duda, no se desespera, no blasfema, no reniega, sino que confía que esta dificultad se volverá un gran testimonio de confianza y fidelidad en duros momentos.
  • Su ejemplo de fidelidad y confianza en Dios en medio de las dificultades hace que su pareja, sus hijos y sus hermanos vean y aprendan que la Provisión Divina depende de nuestra fidelidad. Y por eso no mendigan el pan.

“Todo el día es compasivo y presta, y su descendencia es para Bendición”. Salmos 37:26

  • La decisión de actuar, reaccionar y hacer las cosas bien o mal es algo personal, por eso, el justo decide ser compasivo y presta ayuda y atención. Su descendencia es para Bendición (paz, educación, prosperidad, fidelidad), y no maldición (violencia, indisciplina, miseria, traición).

“Apártate del mal y haz el bien, y tendrás morada para siempre”. Salmos 37:27

  • Esta decisión de apartarse del mal es porque piensa, usa la razón y decide hacer el bien, por eso, nunca le faltará una familia, una vivienda.

“Porque el SEÑOR ama la justicia, y no abandona a Sus santos; ellos son preservados para siempre, pero la descendencia de los impíos será exterminada”. Salmos 37:28

  • La justicia no es un sentimiento, un pensamiento o un deseo, sino la práctica de honrar a Dios en primer lugar en todo, y Él ama al justo por ser un practicante de la justicia.
  • Dios jamás abandonó ni jamás abandonará a los que practican la santidad y hacen lo que Le agrada. Ellos serán preservados para siempre. En cambio, con los impíos Dios no puede hacer lo mismo, porque respeta la decisión de cada uno.

“Los justos poseerán la tierra, y para siempre morarán en ella”. Salmos 37:29

  • Quienes tienen la certeza de que su nombre está Escrito en el Libro de la Vida, no se dejan dominar ni influenciar por nada de este mundo físico. Por eso, pueden dominar en la tierra, para hacer uso de los recursos para patrocinar la Obra de Dios y la divulgación de las Buenas Nuevas del Evangelio de Jesús.
  • Quienes viven día a día el voto de Betel (Puerta del Cielo Abierta en mi vida) nunca quedarán postrados, porque Dios los sostiene de la mano.

¡Nos vemos en breve, en la IURD o en las Nubes!
Obispo Julio Freitas